Ya sea en nuestros electrodomésticos o utensilios de cocina, todos tenemos algún elemento de acero inoxidable en el hogar. El acero inoxidable es un material muy resistente pero si no recibe un cuidado adecuado puede perder el brillo que le caracteriza. Te contamos cómo limpiar el acero inoxidable para que esté siempre como nuevo.
El acero inoxidable es muy utilizado en las cocinas y, además de aportar un toque moderno, es un material duradero y resistente a las altas temperaturas y la corrosión. Al no tener una superficie porosa, como el plástico o la madera, los gérmenes y bacterias tienen menos posibilidades de adherirse y desarrollarse. Por eso, el acero inoxidable también es muy utilizado en la medicina, la industria farmacéutica o la hostelería.
Su limpieza es sencilla y no requiere demasiado mantenimiento, pero sí ciertos cuidados especiales. Toma nota de nuestros consejos sobre cómo limpiar el acero inoxidable.
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Marcas de los dedos
Para quitar las marcas de los dedos lo ideal es utilizar un paño de microfibra humedecido en agua y detergente (o limpiacristales). También puedes utilizar una esponja, pero evita utilizar trapos que puedan arañar la superficie.
Tras quitar las marcas de los dedos, seca la superficie con un paño seco que no suelte pelusas o con papel de cocina. Así conseguirás sacarle el máximo brillo posible.
Manchas de cal
Si no limpiamos bien la zona del fregadero, al secarse el agua, pueden aparecer restos de cal. Para eliminar este tipo de manchas utiliza un producto específico para la cal asegurándote que no daña el acero inoxidable. O si lo prefieres puedes mezclar un poco de agua con vinagre.
Aplícalo sobre las manchas y deja actuar unos minutos. Por último, pasa un paño seco por la superficie.
Restos de comida quemada
Las ollas de acero inoxidable pueden fregarse como cualquier otro elemento de nuestra vajilla, con agua y jabón. Sin embargo, para eliminar los restos de comida quemada este método no es suficiente.
Si la comida está pegada en el fondo no debemos frotar hasta eliminarla, ya que podemos dañar la superficie. Es mejor llenar la olla de agua hasta cubrir el fondo y ponerla a calentar. Cuando el agua hierva, añade sal o bicarbonato de sodio, y deja actuar durante al menos 20 minutos. Pasado este tiempo verás que puedes eliminar los restos de comida más fácilmente y no dañarás tu olla.
Suciedad incrustada
La suciedad suele acumularse en lugares poco accesibles, que suelen pasar desapercibidos cuando no hacemos limpieza a fondo. Para quitar la suciedad incrustada de zonas como los grifos, el extractor o los huecos entre los electrodomésticos, utiliza un cepillo de dientes.
El cepillo de dientes nos permitirá eliminar la mugre de los lugares de difícil acceso. Y después podremos utilizar un paño de microfibras humedecido para lograr un mejor acabado.
Consejos y recomendaciones
- No utilizar productos que contengan cloruros, como la lejía, ni tampoco decolorantes ni productos para limpiar la plata.
- Utiliza unas gotas de limón para darle un brillo extra al acero inoxidable.
- Limpia con frecuencia para evitar que la suciedad se acumule y sea más complicada de eliminar.
- No aplicar limpiadores con químicos agresivos que puedan dañar el acero inoxidable, si tienes dudas pregunta siempre a un profesional.
Estos son nuestros consejos sobre cómo limpiar el acero inoxidable, un material muy resistente y que con los cuidados adecuados podremos disfrutar muchos años en nuestras cocinas. ¡Esperamos que te hayan servido! Y si conoces alguno más compártelo con nosotros en los comentarios. Nos leemos la semana que viene.