¿Te ha pasado alguna vez que viendo una serie o película te quedas embobado con las casas de los protagonistas? El ático dúplex de Blair Waldorf, la preciosa casa de los Hamptons de Revenge o las fachadas de ensueño de las casas de Modern Family, son sólo algunos ejemplos. No todos podemos permitirnos una casa así, pero sí que podemos aplicar sencillos trucos para conseguir que parezca lo más grande y luminosa posible. Y, es que, ¿por qué no convertir tu salón en un sitio tan especial como el del apartamento de Mónica y Rachel?
Evidentemente no todos podemos vivir en una enorme casa de película y con grandes ventanales, pero sí que podemos aplicar ciertos trucos a la hora de decorarla para conseguir aprovechar al máximo la luz natural que entra en nuestro hogar y multiplicarla.
Como la iluminación es uno de los aspectos más importantes para crear un entorno acogedor en el hogar, te traemos 25 consejos agrupados en cuatro aspectos fundamentales: distribución, colores, espejos y telas. ¡Empecemos a dar vitalidad a todos los rincones de tu casa!
La distribución
En primer lugar, seguramente no vayas a construir ventanas nuevas, pero sí que puedes utilizar aquellas habitaciones donde entra más luz para establecer los lugares donde donde paséis más tiempo en casa. Por ejemplo el salón, o la cocina si comes y haces vida allí, o incluso el despacho si trabajas desde casa.
Otro aspecto importantísimo y quizás parezca algo obvio (pero no es ninguna tontería), es que la distribución de los muebles no debe tapar ningún espacio por el que entre luz natural del exterior. A la hora de colocar un sofá, no lo hagas delante de una ventana, ya que no dejará que entre toda la luz, sitúalo mejor al lado y conseguirás que esté iluminado tanto el espacio del sofá como el resto de la habitación.
Si tienes grandes ventanales y no puedes situarlo al lateral, puedes darles uso a los espacios inferiores sin tapar la luz colocando sofás sin respaldos como los laterales del chaise longe o sillones tipo puff para disfrutar relajadamente de ese espacio. Otra opción para aprovechar el espacio lo máximo posible es colocar estanterías o muebles bajos.
Para aquellos espacios pequeños y poco luminosos procura que todo esté unido, suelo y pared con los menores muebles en medio y así conseguirás que la luz y el espacio se multipliquen por dos.
A la luz natural no le gusta encontrarse con objetos en su camino, por lo que cuanto menos obstaculicemos su paso a más espacios llegará. A todos estos trucos, hay que añadir el uso de espejos y cristales que intensifiquen el poder de la luz y el uso de colores claros. Vamos a ello a continuación.
Los colores
Lo principal es que el color predominante de tu casa sea el blanco o colores claros. El blanco es el color que genera mayor sensación de amplitud y luminosidad debido a que refleja la luz, al contrario que el negro o los colores oscuros que la absorben. Por ello, cuanto menos luz natural entre en tu hogar, más debe predominar este color.
Para conseguir el mayor reflejo de la luz posible apuesta por pintar las paredes de blanco. Si no te gusta en ese tono, opta por los claros, beige o tonos pastel. Y si quieres en alguna habitación, puedes poner una pared de un color y el resto de blanco, lo que creará también fondo.
Es importante que al menos el color del techo sí que sea blanco. Otras zonas donde debes añadir este color son el suelo en el que si no quieres cambiarlo o no te gusta, puedes añadir alfombras de colores claros y los marcos de las ventanas. Así dará la sensación de que entra aún más luz.
Si no eres fan del total white, asegúrate que al menos un espacio de cada habitación tenga blanco, ya sea pintando algún mueble, las paredes, o el suelo. Como hemos dicho, este es el color que más absorbe la luz y la refleja dando luminosidad al resto de la habitación.
En el resto de mobiliario puedes añadir colores amarillos o crudos, que son muy naturales. Puedes optar por estos colores en sofás, cojines o cortinas para dar un efecto más cálido.
Aparte del blanco y los tonos claros, optar por añadir algunos elementos decorativos en dorado también es una buena opción para aumentar la luminosidad ya que este color se expande con la luz y crea reflejo, sobre todo si lo utilizamos en materiales metalizados. Puedes añadir platos decorativos o incluso una mesa auxiliar o mueble pequeño en este color.
Espejos y cristales
Ya sabes que el blanco es el color que más refleja la luz, pero hay más opciones para aumentar la luminosidad de nuestro hogar como el uso de espejos y cristales. El truco para que aprovechen al máximo los reflejos es saber dónde colocarlos.
Si los colocas enfrente de espacios por donde entra la luz, como una ventana o una puerta, conseguirás que esta se refleje y se expanda por toda la habitación. Para aquellos lugares donde la luz natural no tiene acceso, como pueden ser los pasillos al no tener ventanas también juegan un papel importante, ya que conseguirás aumentar tanto la luminosidad como hacer que parezcan más grandes.
En estos espacios también puedes añadir luces artificiales y si las sitúas enfrente de una cristalera o espejo aún mejor. Otra opción, al ser lugares donde no se necesita gran intimidad, puedes cambiar las puertas por unas de cristal, consiguiendo así que llegue la luz de las otras habitaciones.
En espacios como el cuarto de baño, donde siempre solemos tener un espejo la clave está en que cuanto más grande mejor y que llegue a las esquinas de la pared. Y, si además, tienes un plato de ducha, lo ideal es que las puertas sean de cristal, ya que al ser un espacio muy íntimo, las ventanas no suelen ser muy grandes y con los espejos y cristales potenciaremos la luz al máximo.
Ya sabes que los espejos y cristales aumentan tanto la luminosidad de tu hogar y, visualmente dan una sensación de espacios más grandes, pero aún hay más trucos.
Telas, tejidos y cortinas
Para terminar, te dejamos los trucos más sencillos y que se pueden ir cambiando en el día a día como son las cortinas, los tejidos y los colores de las sábanas o las toallas.
La cortinas son grandes protagonistas para la entrada de luz, por lo que a la hora de elegirlas o cambialas debes tener en cuenta que lo ideal son los visillos y que la tela sea lo más fina y transparente posible, para que cuando estén corridas permitan la entrada de luz. ¿Sabes ya de qué color deben ser? Si has hecho bien los deberes has acertado… ¡blanco!
Si eres de los que necesita momentos de más oscuridad o intimidad y quieres algo más que los visillos, opta por una doble cortina de dos partes para que cuando no lo necesites puedas abrirla lateralmente y tenerlas bien recogidas. Además así, podrás jugar con una mayor o menor entrada de luz.
Es posible que las cortinas no sean de tu agrado y utilices en casa stores. Si es así, te recomendamos que los elijas con el mismo criterio y sean lo más vaporosos posibles.
Para la ropa de cama y las toallas recomendamos el blanco. Piensa que la cama ocupa gran un espacio en la habitación por lo que las sábanas blancas aportarán mucha luminosidad. No te preocupes si te gustan los colores, puedes añadir la funda de las almohadas o cojines de colores para dar un toque divertido. Incluso una manta o colcha a los pies de la cama.
La luz natural en el hogar consigue crear espacios llenos de vida y energía, haciéndonos sentir más optimistas, relajados y armoniosos. Y ya no solo eso, sino que también hace que parezca más grande y estemos más cómodos. Esperamos que con estos sencillos consejos llegue la alegría a todos los rincones del hogar y que la conviertas en una casa de película.
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